Gasol, el grande, es un fenómeno que raya lo paranormal y es para preocupar. Tiene ventosas y sus oponentes saben que hipnotiza el balón y, como un imán, se encarga con eficiencia de interceptarlo antes de que llegue a las redes. ¿Así quién puede atreverse a encestar? Pero más vale que no lo hagas, porque sino, te hace un feo en tu propia cancha y te baja tus niveles de autoestima al dedicarte un sobervio alley-oop. ¡Se te caería la cara de vergüenza!
Por favor, escucha: ponerse violento no es la solución. ¿Te has puesto a pensar realmente de qué te sirve? De todas formas si no es él entonces todo el equipo se encargará de encestar desde más allá de la línea de tres puntos, o de efectuar los pases más asombrosos para luego anotar una de lujo. Lo más probable es que a medio camino ya estes lleno de faltas, y entonces es cuando descubrirás que has sido el mejor espectador que ha tenido el partido. Es por eso que España es el nuevo campeón europeo de basketball (por primera vez), mientras que a Serbia no le quedó otra que acostumbrarse a ser segundo. Para Pau Gasol, coronarse en la NBA fue solo una de las primeras partes.
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